prohibamos el monóxido de dihidrógeno

PROHIBAMOS EL MONÓXIDO DE DIHIDRÓGENO

El monóxido de dihidrógeno (MODH) es incoloro, inodoro, insípido y mata a miles de personas al año. La mayor parte de estas muertes se producen por la inhalación accidental de MODH, pero los peligros de esta sustancia no acaban aquí. Una exposición prolongada a su estado sólido causa daño en los tejidos. Los síntomas de la ingestión de MODH son: sudor y orina excesivos, y posiblemente náuseas, vómitos y desequilibrios electrolíticos. Para los que han desarrollado una dependencia, la ausencia de MODH significa la muerte.

El monóxido de dihidrógeno:

*También es conocido como ácido hidroxílico, y es el mayor componente de la lluvia ácida.
*Contribuye al efecto invernadero.
*Puede causar fuertes quemaduras.
*Contribuye a la erosión del suelo.
*Acelera los procesos de oxidación y corrosión de muchos metales.
*Puede causar fallos eléctricos y disminuye la efectividad de los frenos del coche.
*Ha sido encontrado en muchos tumores de pacientes con cánceres terminales.

La contaminación está alcanzando proporciones epidémicas.

Grandes cantidades de monóxido de dihidrógeno han sido halladas en prácticamente cada lago, río o embalse de Europa. Pero la polución es global, y el MODH ha sido hallado hasta en el hielo antártico. El MODH también ha sido la causa de pérdidas de millones de euros en propiedades en la República Checa, Austria y Hungría, así como en Alemania en los últimos años.

A pesar del peligro, el monóxido de dihidrógeno se usa a menudo:

*Como refrigerante y disolvente industrial.
*En centrales nucleares.
*En la producción de poliestireno.
*Como retardante del fuego.
*En la distribución de pesticidas. Incluso tras lavarlo, el MODH sigue contaminando la cosecha.
*En muchos experimentos crueles con animales.
*Como aditivo en ciertas “comidas basura” y otros productos alimentarios.

Las compañías desechas el MODH en ríos y océanos, y no se puede hacer nada por detenerlos puesto que esta práctica es legal. El impacto sobre la naturaleza es enorme, y no podemos seguir ignorándolo.

La UE se ha negado a prohibir la producción, distribución o el uso de esta dañina sustancia debido a “su extrema importancia para la economía europea”. De hecho, las marinas y ejércitos europeos están experimentando con MODH, y diseñando sistemas cuyo coste asciende a millones de euros para controlarlo y utilizarlo en caso de guerra. Cientos de organizaciones de investigación militar reciben toneladas de MODH a través de una sofisticada red de distribución subterránea, incluso almacenándolo en el centro de nuestras ciudades.