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CAMPEONATO DEL MUNDO MARATÓN MASTER 2005
CAMPEONATO DEL MUNDO MARATÓN MASTER 2005

CAMPEONATO DEL MUNDO MARATÓN MASTER 2005

CAMPEONATO DEL MUNDO MARATÓN MASTER 2005El pasado domingo 24 de abril se celebró en Hamburgo, Alemania, el Campeonato del Mundo Master de Maratón para mayores de 30 años. Esta es la experiencia de un patinador español en tierras germánicas.

Sábado 23 de abril, me levanto pronto y después de repasar una i otra vez mis famosas listas de preparación de maletas i de optimizar el espacio a base de apretones varios, cojo mis dos mochilas, una con lo esencial para correr, es decir patines, casco, etc, y otra con utensilios de diversa índole y ropa y me dirijo al aeropuerto del Prat para coger el avión rumbo a Hamburgo. El porque de hacer dos mochilas es bien simple: en mi escasa experiencia de, a lo sumo, 15 viajes en avión, ya he podido experimentar en tres ocasiones el placer de que te pierdan las maletas. Con lo que en esta ocasión no me podía permitir que me perdieran los patines. Para mi fortuna, en el control policial no pusieron ninguna objeción a llevarlos como equipaje de mano, así que pude respirar tranquilo ante el primer obstáculo.

Dos horas y media de vuelo más tarde llegué a Hamburgo. El hotel lo tenía cerca del aeropuerto, así que después de preguntar unas cuantas veces, llegué caminando. Una vez dejados los trastos y saciado el apetito, (eran las cinco y pico de la tarde y aún no había comido), me dirigí a la Hamburg Messe, es decir, la Feria de Muestras de Hamburgo. Este recinto, compuesto por varios pabellones gigantes, era el centro neurálgico de la Maratón. En el interior un sin fin de estands relacionados con el atletismo, el patinaje y el deporte en general, mostraban y vendían sus mejores productos a un público deseoso de gastarse dinero. Mi prioridad en esos momentos era recoger mi dorsal y chip para más tarde, ya con calma, darme un paseo. Lo primero fue muy sencillo y rápido; La eficiencia alemana no es un mito. Lo segundo me llevó más tiempo.

El sábado no dio para mucho más: regreso al hotel, preparar la maleta, revisar el material, etc. Entre otras cosas, cometí el grave error de leerme los panfletos explicativos de la Maratón. Ya me había leído lo que ponía en la web, pero estos eran específicos para patinadores y me daba miedo meter la pata. Lo que yo no sabía es que gracias a leerlos, la metí pero hasta el fondo. Como decía, al leer el panfleto, descubrí un párrafo que ponía textualmente: para los patinadores, las protecciones de Casco, guantes, rodilleras y coderas son obligatorias. No me lo podía creer. En cualquier carrera, la única protección obligatoria es el casco! En fin, se me quedó la duda en la cabeza pero no le di más importancia.

Al día siguiente, me levanté a las 6 de la mañana y, después de hacer un esfuerzo para desayunar, cogí los trastos y volví a la Hamburg Messe. Sin demasiado esfuerzo localicé el pabellón en donde se dejaban las bolsas y que a su vez se convertiría en lugar de precalentamiento de los patinadores. La carrera empezaba a las 8:45 y siendo ya casi las 8 aún no tenía muy claro el tema de las protecciones. Iban pasando los minutos y patinador que veía, patinador que llevaba el kit completo. A las 8:15 ya no pude más y me fui corriendo a una de las tiendas del recinto para comprarme unas protecciones de rodilla y codos. Compré las más cómodas para correr, las Powerslide Race que son de neopreno y kevlar. Nervioso y cabreado por haber gastado 40 euros en una cosa que ya tengo, y que luego descubriría que no necesitaba, me cambié a toda prisa y me intenté concentrar en la competición.

En la recta de salida nos empezamos a concentrar todos los patinadores. Mis posibilidades no las sabía, ya que en este tipo de competiciones casi siempre corres con desconocidos. Por otra parte, por el aspecto no puedes saber si un corredor es más bueno o malo. Mi experiencia más similar se remontaba a dos años atrás en el Campeonato de Europa Master, en el que quedé sexto, en dónde el nivel de los mejores corredores era similar al mío. Pero la duda me duró poco. A falta de diez minutos para empezar, se plantaron justo delante de mi Arnaud Gicquel, Frank Cardin, Pascal Briand y más tarde, Maximiliano Presti y otros “pros” mundiales. No entendía que hacían estos superhombres en una carrera así. Lo que si que ya tenía muy claro eran mis posibilidades de cajón….

Minutos más tarde sonó el disparo de salida y como alma que lleva el diablo salimos a toda prisa. Los del equipo Saab Salomón se pusieron a tirar como locos y la tarea de seguir al grupo se volvió realmente dura. Hacia el kilómetro 5 o 6, mis piernas me dijeron basta y, para mi desesperación, me despedí del grupo de cabeza. Quizás la larga espera en la salida me había enfriado, pero de todas maneras, el ritmo que llevaba esta gente es para otra raza de hombres. A partir de ahí, estuve unos minutos solo hasta que contacté con un grupo de unos 40-50 patinadores que se fue engrosando a medida que fueron cayendo los kilómetros. El ritmo de este segundo grupo no era precisamente lento, con tirones de vez en cuando, pero no llegaba a ser la locura de ritmo del grupo de cabeza. El resto de carrera prosiguió sin demasiados cambios; algunos tirones, alguna caída, pero poco más. Eso hizo que me mantuviera siempre situado en los últimos puestos a la espera del desenlace final. A falta de 3-4 kilómetros la gente, como es habitual, empezó a ponerse nerviosa y la situación se volvió algo complicada. En el último kilómetro se empezó a acelerar y después de tomar la última curva a derechas, enfilamos la recta de meta de unos 600 metros. No se por que razón, tuve la corazonada de situarme en el exterior de la curva al entrar en la recta final y eso me propició una buena posición para intentar mi esprint final. Para mi sorpresa, fui adelantando a corredores hasta que a falta de pocos metros para la meta enganché al primero. En un esfuerzo final, lo rebasé por un cuerpo y entré el primero de ese grupo. Creo que fue uno de los finales de carrera mejores de mi vida. Lástima que sólo sirviera para entrar el 23 de mi categoría (M30) y el 38 de la general.

Todo y quedar en esa posición, no me siento defraudado en absoluto con la experiencia. Evidentemente que me habría gustado quedar más arriba, pero ya se intentará otro año. Por suerte parece ser que este tipo de competiciones tienen mucho futuro en Europa, a diferencia de España, y hay categorías con participantes de más de 70 años! Así que aún me queda tiempo…

Al finalizar la carrera, volví a la zona de pabellones a recoger algún refrigerio, a coger mis trastos y a ducharme. En cuanto a los refrigerios había de todo, pero lo que más me sorprendió fue que se ofreciera cerveza para los corredores. Si señores, cerveza! Eso si, sin alcohol. Estos alemanes….

Ya repuesto parcialmente del esfuerzo y aseado, me propuse hacer algo de tiempo visitando la ciudad. Y que mejor manera que hacerlo que en patines? Pues si, como que no había patinado pocos kilómetros, me volví a poner los patines para darme una vuelta por Hamburgo. La experiencia fue muy buena, ya que Hamburgo es una ciudad con buenas aceras, muchos carriles bici y bastante plana.

Al final, volví al aeropuerto para volver a mi tierra. Como dato anecdótico, en el aeropuerto esta vez no me dejaron llevar los patines encima en el avión. No se si tenía miedo que me pusiera a patinar encima de un ala o que utilizara un rodamiento como arma arrojadiza, pero tras mucho discutir no hubo manera de convencerles.

Por suerte esta vez no perdieron mis maletas y podré seguir entrenando con mis queridos patines para hacerlo mejor el año que viene.

Para ver los resultados clicad aquí: http://hamburg.mikatiming.de/2005

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