Para mí (born in the 60’s) cambiar esa guitarra Gibson SG (como la de Pete Townshend, Angus Young, Frank Zappa o Keith Richards), ese bajo
Rickenbacker (el rolls de los bajos) y esa batería, por el organillo de los gitanos a ritmo de los pitufos makineros es, cuando menos, cargarse lo bueno que tiene la canción: una base rítmica sencilla y potente, un mid-tempo perfecto, y una guitarra garajera que pone la carne de gallina… 👿
eso sí: para gustos, los colores… 😀