Ayer se dio el caso de que a un rutero se le quedó un dedo mirando «pa Cuenca», todo torcido tras una caida, la ventaja es que me avisaron enseguida y le coloqué el dedo en un segundo, por lo que los ligamentos no sufrieron demasiado, no era fractura, sino luxación.
Después quise entablillárselo, más bien ponerle una sindactilia en lo que acudía a urgencias para hacerse las radiografías, y como éramos unos 40 ruteros, todos vinieron a ayudar con el material que tenían. Pedí cinta americana, papel celo… lo que hubiera por ahí que pegara, y alguien llevaba esparadrapo, ¡genial!, luego pedí un pañuelo de papel para que no le rozara el apaño entre los dedos, ¡y me ofrecieron gasas!
Por último y para bordarlo, teníamos cerca un bar, al que se acercó una de las patinadoras a pedir hielo.
Lo de ayer fue un lujo, pero a veces, como os comentaba, hay que buscarse la vida con materiales diferentes a los que estás acostumbrada a diario, se trata de ser MacGyveriana, jejeje.
Un saludo y ¡a cuidarse!