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Patines de Fitness vs patines de Freeskate, el eterno dilema

En los últimos años un ardiente debate se ha generado entre éstas dos tipologías de patines. ¿Cual es mejor para mi? ¿Qué tipo debo comprar? ¿Hay vida más allá del patín de freeskate?

No va a ser fácil, pero en este artículo voy a intentar desvelar alguna de éstas dudas…

Repasemos un poco de historia

A finales de los 80, principios de los 90, todos los patines del mercado eran de bota dura, muy similares a los de la siguiente foto.

(Patines Roces Lax, un clásico de los 90)

Los patines de fitness de bota blanda tal y como los conocemos hoy en día, nacieron a mediados de los 90 de la mano de la marca de patines K2. Hasta entonces, todos los patines eran de bota plástica dura y muchos patinadores, en especial de hockey y velocidad, provenientes del patinaje sobre hielo en su mayoría, se encontraban encajonados calzándose esas carcasas tan rígidas. Así que la llegada de ese nuevo concepto de patín de bota blanda, fué aplaudido por la inmensa mayoría de patinadores.

(Patines K2 Flight, uno de los primeros modelos de bota blanda)

Y esa tendencia, marcó tranquilamente la siguiente década, en la que prácticamente no había marca que no sacara patines de bota blanda al estilo K2.

Menos en sectores muy concretos como el patinaje agresivo o descenso, casi la totalidad de patines de esa época eran de bota blanda.

Curiosamente, a principios del año 2000, empezó a generarse un movimiento de patinadores urbanos que demandaban otro estilo de patín. Necesitaban una bota más dura pero con cierta flexibilidad y con chasis más cortos y resistentes para que fueran más manejables y aguantaran saltos y derrapes. Querían algo polivalente para hacer slalom, derrapes, saltos, bajar escaleras y relativamente rápido para ir de ruta, pero no había ningún patín en el mercado adecuado a ese estilo de patinaje.

(Así eran los primeros Rollerblade Twister antes de ser customizados)

(Ejemplo de Rollerblade Twister “Customizado”)

En esa época, la única manera de conseguir un patín de esas características era hacer un custom, y por lo general, se basaba en “tunear” una bota de la marca Técnica (que luego sería la misma que la del Rollerblade Twister), ponerle una caña más dura y cambiarle el chasis, botín y ruedas. La broma podía hacer que el patín costara el doble que el precio original.

Curiosamente, esa tendencia que empezó a llamarse freeskate o freeride, se fué popularizando, especialmente en Francia y fué precisamente allí dónde un muy conocido patinador, Sebastien Laffargue, sacó su propia marca de patines dedicada precisamente a cubrir esa demanda. Así nació la marca Seba y con ella, la exitosa línea de patines Seba High y Seba FR.

(Primer Seba FR 1)

Los Seba FR marcaron sin duda un antes y un después en lo que sería el patín de freeskate tal y como hoy lo conocemos. Por primera vez se disponía de un patín de serie que directamente sacado de la caja permitía hacer todo lo que un patinador de freeskate podía soñar.

Y es que eran unos patines diseñados por patinadores para patinadores que incluso hoy en día siguen siendo una de las referencias del sector.

Tal como pasara con los patines de bota blanda de K2, el resto de marcas más pronto o más tarde, empezaron a darse cuenta que había que crear patines de estas características y, sin darnos casi cuenta, el mercado se empezó a inundar de modelos de similares características.

La realidad es que hoy en día, especialmente en España, el patín que se ve por la calle es principalmente de freeskate.

Entonces, ¿que le ha pasado al patín de fitness para que ya no sea tan popular?

Las comparaciones son odiosas y, en éste caso, se han hecho mal

Si hoy en día le preguntamos a un patinador habitual qué tipo de patín prefiere, la mayoría diría sin dudar que prefieren el de freeskate.

La razón, en la mayoría de los casos, es por comparar patines de gamas diferentes de manera involuntaria.

(Típico patín de gran superficie de baja calidad)

Si, durante años, la manera más económica de iniciarse en el patinaje en línea era comprarse patines en línea de fitness económicos. A partir de 40€, cualquiera podía comprarse un patín de gran superficie que, por norma general, eran de fitness de bota blanda (por clasificarlos de alguna manera).

Así, mucha gente se inició con patines blandos, lentos, imprecisos, con una sujección de tobillo lamentable y hasta incómodos.

Los que sobrevivían a tan mala experiencia y tenían la suerte de poder adquirir o probar un patín de freeskate de gama media-alta, alucinaban… De repente se sentían bien sujetos, cómodos, ágiles y se sorprendían con la velocidad del patín.

Y, ahí radica el problema. Comparar un patín de fitness de menos de 100€ con uno de freeskate de más de 200€ no es ni justo ni correcto. Mucha gente que hoy en día lleva patines de freeskate de gama alta y echa pestes de los patines de fitness, nunca ha probado un patín de fitness de gama alta y siguen con la idea que es un tipo de patín blando, con poca sujeción o hasta frágil.

La realidad, por suerte, es bien diferente.

La historia vuelve a dar un giro

No se equivocan los que dicen que la historia es cíclica. Como comentaba, a mediados de los 90 hicimos la transición de patines de bota dura, a patines de bota blanda para, 10 años más tarde, volver a los de bota dura. Ahora, una década después de ese último cambio, la historia empieza a mostrar que estamos quizás ante un nuevo cambio de rumbo.

(Patines Powerslide Swell)

Varias marcas están apostando por patines de fitness de calidad que ofrecen un sinfín de ventajas sobre los patines de freeskate en determinadas situaciones.

Además, con la llegada de los chasis de tres ruedas de rueda grande, se pueden tener altas prestaciones sin renunciar a la manejabilidad.

(Patín Fila Verso)

Evidentemente un chasis de freeskate de 243mm y montado con cuatro ruedas de 80mm siempre será más ágil que uno de fitness de tres ruedas de 110mm o 125mm.

Ahora bien, en el pasado con la configuración de cuatro ruedas, a la que ibas a ruedas de 90mm o más, la longitud del chasis era demasiada para la mayoría de patinadores, sobretodo en uso urbano. En cambio ahora, hay chasis realmente cortos con 3x110mm, por ejemplo.

El patín de freeskate nació debido a la necesidad de tener un patín polivalente. Pero hoy en día, la gente se va especializando más y más y en algunos aspectos, las capacidades de un patín de freeskate se le quedan cortas.

(Patín Seba Trix 310)

No estoy diciendo con ello que tiremos nuestros patines de freeskate a la basura y que vayamos corriendo a por unos de fitness. Sino que quizás la solución idónea es que tengamos un patín para cada cosa.

Por ejemplo, si he quedado con los amigos para ir al skatepark, hacer slalom, o realizar saltos, derrapes, etc, cogeré los de freeskate.

Pero si en cambio he quedado para realizar una ruta a buen ritmo, o pasear cómodamente, cogeré los de fitness.

Un patín de fitness nunca proporcionará la sujeción y manejabilidad que uno de freeskate, pero uno de freeskate nunca será tan cómodo, ligero y adecuado para patinar con buena técnica como uno de fitness de calidad.

Comparativa freeskate vs fitness punto por punto

Como he ido comentando en este artículo, cada tipología de patín tiene sus ventajas e inconvenientes. Vayamos punto por punto.

Bota

Aquí es dónde encontramos las principales diferencias. Por una parte tenemos los botas de freeskate que son más resistentes a caídas y saltos y que, además, sujetan mejor el tobillo. Por contra, esa excesiva rigidez limita mucho los movimientos e impide patinar con buena técnica. Además, al ser carcasa de plástico, por lo general cada carcasa sirve para dos tallas, con lo que no se tiene la misma sensación de tener el pie “abrazado” cómo se tiene con una bota de fitness.

Otras diferencias las podemos encontrar en el botín, que en las botas de freeskate suele ser extraíble y lavable y en los de fitness no, todo y que las botas de fitness suelen ser mucho más frescas y ventiladas que las de freeskate.

Casi no me atrevo a hablar de comodidad, ya que es algo subjetivo, pero en mi caso, los patines de fitness siempre me han resultado mucho más cómodos que uno de freeskate.

A modo de resumen:

BOTA

FREESKATE

FITNESS

PROS

  • Buena sujeción

  • Alta resistencia a golpes

  • Botín extraíble

  • Mayor comodidad

  • Mejor sujeción de la base del pie

  • Mejor ventilación

  • Más ligereza

  • Más flexibilidad y libertad de movimientos técnicos

CONTRAS

  • Peso

  • Rigidez excesiva para rutas

  • Misma carcasa por cada dos tallas

  • Menor sujeción de tobillo

  • Botín no siempre extraíble

  • Más fragil a la abrasión.

Chasis

Otro punto que muestra grandes diferencias, aunque cada vez menos. Hoy en día ya podemos encontrar patines de freeskate con chasis de rueda grande, sobretodo con tres ruedas de 110mm. En cualquier caso y comparando chasis tradicionales de freeskate con los nuevos de fitness, las diferencias principales son el peso, resistencia y capacidad de ruedas. Resumiendo:

CHASIS

FREESKATE

FITNESS

PROS

  • Resistencia

  • Manejabilidad

  • Polivalencia

  • Más estabilidad a mayor velocidad

CONTRAS

  • Más pesados

  • Se quedan cortos en rutas a ritmo

  • Nerviosos a alta velocidad

  • Más frágiles ante trato muy duro

  • Menos polivalentes

  • Menos manejables a baja velocidad

Ruedas

Las ruedas son un componente ligado a la elección del chasis. Como comentaba antes, hoy en día podemos encontrar patines de freeskate con diversos tipos de configuraciones de ruedas, aunque el gran estándar sigue siendo el de 4 ruedas de 80mm (y así lo consideraré para ésta comparativa). En el caso de los nuevos patines de fitness, la tendencia actual es montar 3 ruedas de 110mm o 3 de 125mm. Obviamente, la gran diferencia que encontraremos aquí es la de las prestaciones en velocidad.

RUEDAS

FREESKATE

FITNESS

PROS

  • Más agilidad

  • Más reactividad a baja velocidad

  • Más facilidad para hacer trucos

  • Mayor velocidad

  • Menor impacto ante suelo rugoso

  • Menor desgaste de rueda

CONTRAS

  • Se quedan cortas en rutas a ritmo

  • Mayor desgaste

  • Más incómodas sobre superficies rugosas

  • Más torpes a baja velocidad

  • Cuestan más de acelerar

Mi opinión personal

Una vez más, me voy a mojar dando mi opinión tras varios años patinando con muchos modelos de patines de freeskate de diversas marcas y de hacer lo propio con varios modelos actuales de patines de fitness de gama alta.

Hace años que creo que los patines de freeskate de bota dura y, en especial, la configuración de 4 ruedas de 80mm se quedan cortos en muchos aspectos. De hecho, alguna vez que he tenido que hacer, por necesidad, algún trayecto urbano con un patín de freeskate de ruedas de 80mm, me ha desagradado tanto la experiencia que he preferido no repetirla. Los patines no corrían nada, la bota no me sujetaba la base del pie como a mi me gusta y notaba en exceso la rugosidad del terreno.

Eso sí, para impartir clases de patinaje, jugar a street hockey o hacer algunos trucos, los prefiero sin dudar.

A veces veo con sorpresa como hay gente que monta en sus botas de freeskate, chasis de velocidad para hacer maratones, por ejemplo. Obviamente, si no hay más remedio, lo entiendo. Pero por gusto, desde luego, no. Con una bota así se pierde toda posibilidad de empujar correctamente o de tener la más mínima precisión, sin hablar del peso extra. Y lo digo sin ánimo de ofender a nadie!

Por tanto, y en mi opinión, deberíamos darles una oportunidad a la nueva hornada de patines de fitness de calidad que hay hoy en el mercado. Además estoy convencido de que poco a poco la gente va a empezar a darse cuenta de sus virtudes y va a ir alternando entre varias tipologías de patines.

Acerca de Carles Bial

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